PRIMAVERA NUEVA, Sonetos del amor divino (1945), Secreta Fuente (1948)


COMO el almendro, en cuya seca rama
que pareció al invierno ya sin vida
deja la primavera florecida
su nueva savia que en la flor se inflama,

así mi alma también se me derrama
en una nueva primavera henchida
y de su amarga sequedad se olvida
floreciendo al Amor que me reclama...

Como el almendro de este santo huerto
esperaba con fe la primavera
que le ha dejado de alba flor cubierto,

así mi alma también, también espera
poder cantar la fe que nunca ha muerto,
¡el cielo Tuyo que un instante viera!




PECADO Y RESURRECCIÓN, Sonetos del amor divino (1945), Secreta Fuente (1948)

  
¡QUÉ inmensa, negra noche desolada,
sus tinieblas de espanto y de amargura,
su frío desamor, su sombra impura,
descendió sobre mi alma abandonada!

¡Que triste corazón sin Tu mirada,
sin Tu luz, mi Señor, sin Tu ventura!
¡Qué muerte sin Tu amor! ¡Qué desventura
sentir mi sequedad, mi amarga nada!

Es la Noche, la Sombra, es el no verte,
Señor, en la ceguera del pecado
la más amarga, cruel, trágica muerte…

Te tuve en mis entrañas sepultado
tanto tiempo, Señor, sin conocerte…
¡Mas nuevamente en mí has resucitado! 



NOCHE, Sonetos de amor divino (1945), Secreta Fuente (1948)

  
MI antiguo corazón, sin voz ni vida,
¡con cuánta noche y soledad pelea!
Un viento misterioso de ala herida
besando gime el corazón que orea.

Oculta sangre del amor, huida,
por mis venas levanta su marea.
Hondo rumor de muerte enloquecida,
de vida oscura, que mi amor desea…

Allá en la lejanía canta el cielo,
la montaña se yergue noble y pura,
la luz se eleva en un sereno vuelo…

Alzo mis tristes ojos a la altura
y te ofrezco, Señor, mi desconsuelo
desde esta noche de mi vida oscura.



AMOR DE LA TIERRA, Sonetos del destino (1944-1945), Secreta Fuente (1948)


REPOSA horizontal mi carne alerta
a la mansa llamada que amorosa
solicita la tierra poderosa
con un aliento extraño en su alma abierta.

Un hondo corazón se me despierta
para darse a este amor que no reposa;
¡ay amor de la tierra!, ¡ay clara rosa
en que revive mi esperanza muerta!

Horizontal mi carne, mi entrañable
humanidad de barro dominado;
mientras un grito surca lo impalpable.

Mis ojos al azul se han levantado
¡Tengo amor a la tierra deleznable
y estoy también del cielo enamorado!




PRESENCIA DE MI MUERTE, Sonetos del destino (1944-1945), Secreta Fuente (1948)


CADA día me quiere más mi muerte
enamorada de mi triste vida,
y caricia callada mi alma herida
la gran promesa que su amor me advierte.
 
(¡Con qué paso tan leve viene a verte,
oh vida, tu secreta prometida
y te envuelve en sus sueños, en su huida,
en su fuga a la sombra, hacia lo inerte!)
 
Me quiere más mi muerte cada día
y corteja a mi vida moza y breve
que seducida queda a su porfía.
 
Toda mi vida es suya y no se atreve
oh lento amor― a hundir ya mi agonía
mientras mi vida pide que la lleve.
 
 
 

NOCHE DE LUNA, Sonetos del destino (1944-1945), Secreta Fuente (1948)


BAJA la luna su frialdad callada
hasta el cóncavo amor del valle entero.
Es un remanso mudo y sin sendero
el viento de la tierra desvelada.

Un corazón que vela, una mirada
que la vigilia avanza, un frío acero
que la mano atenaza, y un primero
adelantar el sueño hacia la nada.

Noche de luna, noche centinela
sin más amor que tú, luna insensible,
sin otro fiel amor, mi carne vela.

Vela mi carne un sueño, que imposible
ya no tiene otro amor, y se desvela,
amarrado, sin nadie, incomprensible. 




AL VIENTO, Sonetos del destino (1944-1945), Secreta Fuente (1948)

  
ALÉJAME de aquí, llévame viento
cual villano entregado, como alzable
pétalo de una flor, como impalpable
mensaje de la tierra y puro aliento.

Arrástrame contigo porque siento
destinada mi vida a lo mudable
a lo que fluye y pasa, a lo inestable,
al amor del perpetuo movimiento.

Semilla sin raíces, viento, dame
tu soplo que me lleve sin destino,
yo sin timón, sin remo ni gobierno…

Mi vida por los aires se proclame
como una luz sin sombra ni camino
que no buscando nada va a lo eterno…